Trabajamos con persistencia y convicción sobre la arcilla roja para transmitir los valores sobre los cuales se basa la personalidad de la bodega. Este suelo, predominante en nuestra zona, influye en la calidad de la uva. La luz reflejada por la tierra roja sobre las uvas contribuye de forma efectiva en el proceso de maduración del fruto.
La Garnacha y la Cariñena (Mazuela) son las variedades de uva autóctonas de la zona. Aunque las dos son protagonistas de nuestro territorio, en Celler Masroig entendemos la Cariñena como la base de nuestros vinos. A la Cariñena los años le sientan bien, y cuanto mayor se hace, más espíritu le acompaña. A medida que envejece, comprende que ser ambicioso es de jóvenes y con la sabiduría aprende a concentrarse mejor en los pequeños detalles. Y es que lo que es bueno, se hace esperar.
La voluntad del equipo de Celler Masroig es compartir estas sensaciones que nos hacen sentir tan llenos y comprometidos con el territorio, con quien siempre hemos establecido un vínculo emocional que se refleja en el trabajo hecho.